Cómo hacer un huevo poché
Hacer un huevo poché es algo muy sencillo. Su nombre en francés significa “escalfado” y la diferencia con nuestros huevos escalfados de toda la vida es que podemos perfumarlos. Elaborar huevos escalfados, tal y como los hacemos en la cocina española, consiste en poner el huevo crudo, sin cáscara, en una cazuela con abundante agua hirviendo y un poco de vinagre para que coagule más rápidamente. En cambio, el huevo poché lo elaboramos poniendo el huevo crudo encima de un film transparente y cerrándolo a modo de saquito. Al hacerlo así lo podemos aromatizar con aceite, pimentón, trufa, albahaca, orégano, romero o cualquier otra especia que os guste.
Los huevos poché son estupendos para tomar como desayuno, como una cena ligera o como complemento de un buen brunch. Por ejemplo, sería una buena idea poder prepararlos en los desayunos de fin de semana y disfrutar de ese momento relajadamente para comenzar el día de la mejor manera. Si los preparáis para la cena, también es una maravillosa opción, ya que en tan sólo unos minutos podéis elaborar un plato ligero pero con muchas cualidades nutricionales.
Los espárragos en la cocina
Hoy empieza la primavera y hemos pensado en espárragos. En abril y mayo encontraremos en el mercado los mejores de la temporada, así que os contamos cómo prepararlos e ideas para cocinar con ellos. En nuestros Cursos de Cocina Vegetariana y de Cocina Actual no faltarán como ingredientes, ya que sus propiedades y sabor los convierten en una verdura especialmente interesante en esta época del año.
Para preparar los espárragos podemos emplear una técnica culinaria denominada “Blanquear”. Con esta técnica lo que conseguimos es ablandar ligeramente un alimento antes de cocinarlo, facilitando y ahorrando tiempo en la realización de algunas elaboraciones culinarias. Por ejemplo, es muy útil blanquear los espárragos antes de hacerlos en un salteado, ponerlos como ingredientes de una quiche o una ensalada.
Una receta de primavera
Cada año, la primavera se abre camino y después del largo invierno nos sentimos deseosos de luz y calor, de nueva vida alrededor en forma de brotes, flores o mariposas. Deseamos que la casa se llene de luz y de olor a primavera y que las fuerzas que cada uno tenemos se vean también renovadas con ilusiones y esperanzas. También en la cocina vemos sus efectos, sobre todo con esa profusión de verduras que comenzarán a aparecer en los mercados dentro de muy poco. En nuestra Casa-Escuela ambientamos con flores y elementos naturales propios del momento y en nuestros Cursos de Cocina introducimos recetas para vivir esta nueva estación, como el plato del que os queremos hablar hoy, ¿queréis saber cómo elaborar una menestra de primavera y cómo limpiar las alcachofas que formarán parte de esta receta?
Las alcachofas son cabezas de cardo con hojas apretadas y recogidas. Las hojas exteriores y las puntas son muy duras y fibrosas, lo que les hace idóneas para utilizar en caldos. El interior, al que llamamos corazón, es blando y de un sabor delicioso. Cuando compréis alcachofas, tened en cuenta que deben parecer pesadas para su tamaño, las hojas interiores han de estar cerradas cubriendo el corazón y éste debe ser bien grande.