Hacer un huevo poché es algo muy sencillo. Su nombre en francés significa “escalfado” y la diferencia con nuestros huevos escalfados de toda la vida es que podemos perfumarlos. Elaborar huevos escalfados, tal y como los hacemos en la cocina española, consiste en poner el huevo crudo, sin cáscara, en una cazuela con abundante agua hirviendo y un poco de vinagre para que coagule más rápidamente. En cambio, el huevo poché lo elaboramos poniendo el huevo crudo encima de un film transparente y cerrándolo a modo de saquito. Al hacerlo así lo podemos aromatizar con aceite, pimentón, trufa, albahaca, orégano, romero o cualquier otra especia que os guste.
Los huevos poché son estupendos para tomar como desayuno, como una cena ligera o como complemento de un buen brunch. Por ejemplo, sería una buena idea poder prepararlos en los desayunos de fin de semana y disfrutar de ese momento relajadamente para comenzar el día de la mejor manera. Si los preparáis para la cena, también es una maravillosa opción, ya que en tan sólo unos minutos podéis elaborar un plato ligero pero con muchas cualidades nutricionales.
Hoy os proponemos esta receta de nuestra chef, Rita Cifuentes, para que veáis lo sencillo que es prepararlos. Si tenéis niños en casa, podéis pedirles que os ayuden, es una receta que les encanta hacer y observar cómo va evolucionando hasta que queda hecho. Igualmente, si es posible que consigáis huevos caseros o de granjas ecológicas el sabor y el color serán insuperables. Y si queréis acompañarlos de un buen pan, nada como conseguirlo en una tahona tradicional o bien horneando vuestro propio pan en casa.
Para esta receta de huevos poché que os proponemos, necesitaréis como ingredientes 8 huevos, 1 diente de ajo, 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 100 gramos de tomates cherry, 2 cebolletas, 1 cucharadita de azúcar moreno, 1 cucharada de vinagre de Módena, unas hojas de salvia, aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta y 4 panecillos.
Lo primero que tenéis que hacer es lavar bien los tomates y partirlos por la mitad. Después hay que picar la cebolla en juliana y sofreírla en un fondo de aceite a fuego lento hasta que se ablande. Una vez hecho esto, lo siguiente que hay que hacer es incorporar los tomates y dejar que se hagan durante tres minutos.
Cuando los tomates ya estén rehogados, se les añade el azúcar, el vinagre, la sal y la pimienta para que vaya cogiendo un gusto sabroso. Después, deben continuar cociendo dos minutos más a fuego fuerte. Pasado este tiempo se retiran, se reservan y se les añade las hojas de salvia, previamente lavadas y secas.
Seguidamente, para preparar los panecillos, se tritura el diente de ajo y se mezcla con el aceite virgen extra. Con este aceite perfumado pintamos los panecillos, los tostamos en el horno o en una sartén a la plancha.
Una vez que tenemos el tomate y los panes preparados, ponemos la olla al fuego con abundante agua. Después, cortamos un cuadrado de papel film y lo colocamos sobre una taza. Sobre este film, ponemos una pizca del aceite con ajo y el huevo crudo dentro, sin la cáscara, lo cerramos a modo de saco y lo atamos con un hilo de cocina para que el huevo no se salga. Seguidamente, lo introducimos en la olla con el agua en ebullición y lo dejamos cocer a fuego bajo durante cuatro minutos. Pasado este tiempo, lo sacamos, lo retiramos del papel film y lo servimos sobre el pan acompañado del preparado de tomate. ¿Os animáis a prepararlo? Os sorprenderá lo sencillo y rápido que es.