Todos conocemos la importancia de las verduras en nuestra alimentación diaria. Su aporte de vitaminas, minerales y fibra les convierte en un grupo de alimentos imprescindible para nuestra salud. Sin embargo, en muchas ocasiones son alimentos rechazados por los niños. ¿Cómo podemos hacer que las verduras resulten atractivas y apetecibles a los más pequeños de la casa?. Si tenéis hijos, el primer paso para que les gusten las verduras es que vean que vosotros las tomáis con frecuencia y con agrado. Los niños son verdaderos imitadores, pero también auténticos detectores de las cosas verdaderas, por lo que fingir delante de ellos no servirá de mucho. Si ven que sus padres toman verdura lo asumirán como algo bueno y normal que tratarán de imitar.
Cuando son bebés, lo idóneo es comenzar dándoles las verduras que sean más dulces, ya que este sabor es el primero que experimenta el ser humano al nacer, través de la lactancia. La zanahoria rallada o la calabaza en puré son grandes aliadas en estos comienzos.
Una vez dado este paso, id introduciendo poco a poco en su menú otras verduras, sin olvidar que su paladar no está habituado y es normal que estos nuevos sabores, de los que aún no tienen referencias, les resulten extraños.
Para que poco a poco vayan reconociendo las verduras en los purés, lo ideal es pasarlas por el pasapurés en lugar de la batidora, de esta forma irán identificando cuáles son por su textura y color y les costará menos comer alimentos sólidos cuando llegue el momento.
Según vayan creciendo, os ayudará mucho presentárselas en el plato en pequeñas cantidades, quizás acompañando otros alimentos que les guste especialmente y buscando la forma más sencilla y divertida de hacerlo, de manera que comerlas sea para ellos un juego.
Los niños son grandes descubridores y “exploradores”, cuando sean un poquito más mayores, podéis contarles historias sobre las verduras, dónde se producen, quién las cultiva, por qué nos ayudan a crecer, a pensar, a tener energía y vitalidad, de esta forma irán interiorizando que tomarlas es algo muy positivo.
Pero quizás, el paso definitivo para que sean verdaderos fans de las verduras es visitar un campo o un huerto donde se cultivan y comprobar por sí mismos cómo nacen y crecen, cómo se recolectan y cómo llegan a nuestra mesa. También podéis hacer vuestro huerto urbano en casa. Si tenéis una pequeña terraza o jardín, no lo dudéis, realmente se necesitan utensilios muy básicos para crear un pequeño huerto propio. De forma muy sencilla podéis plantar lechugas, acelgas, tomates cherry o pimientos. En The Home Academy hemos tenido en años anteriores talleres para crear pequeños huertos en casa con material reciclado. A los niños les encanta ayudar y podrán ir viendo el proceso desde que se planta la semilla o el plantón hasta que crece, pudiéndola luego recoger ellos mismos para cocinarla después.
Involucrarles en la cocina también es un buen método para animarles a probar sabores y alimentos nuevos a través de los alimentos que ellos mismos han cocinado. Probad a asociar las verduras con platos que les encanta como la pizza, la pasta, los canelones, las empanadillas, las croquetas o las frituras, de esta forma irán adquiriendo el hábito de tomarlas como más les agrade y poco a poco dejarán de considerarlas extrañas en su plato.
Intentad que vayan al mercado con vosotros a comprar verduras frescas y de temporada para aprovechar todas sus bondades. Si dentro de esto, además son de cultivo ecológico, estaréis contando con un producto sano en su origen que os permitirá hacer una cocina saludable para vuestra familia. Dejadles elegir qué nuevas verduras quieren probar y seguro que os sorprenderán.