El brunch nos parece un invento genial. Es la forma de hacer un desayuno-comida todo en uno, lo que le convierte en un plan idóneo para esos días en los que queremos descansar y despertarnos más tarde sin tener que cocinar un menú para el mediodía. También es una fórmula perfecta para invitar a amigos un domingo, ya que al comenzar más temprano que una comida, a eso de las once y media, podéis alargarlo hasta las cuatro y media o cinco y de esta forma aún tendréis tiempo de recoger sin prisas y preparar todo lo que necesitéis para comenzar el lunes.
En The Home Academy es un formato que nos gusta poner en escena en eventos y en algunas de nuestras formaciones. Por ejemplo, en nuestro curso Professional Organizer, los días en los que tenemos formación, el almuerzo se convierte en un brunch para coger fuerzas a media mañana y aprovechar mejor toda la tarde. En nuestros brunchs siempre incluimos preparaciones acordes con la época del año, en invierno siempre hay una crema caliente en una bonita sopera junto con el resto de platos que proponemos y en los días de calor, recetas más refrescantes.
Si queréis preparar un brunch clásico no pueden faltar huevos, que los podéis cocinar en sus distintas modalidades: fritos, poché, revueltos o benedictine. Los embutidos, el jamón serrano o ibérico, el beicon y el salmón darán ese toque salado. También será muy acertado poner una variedad de quesos (fresco, de rulo de cabra, curado…) que se pueden acompañar con mermeladas y dulce de membrillo. Las ensaladas a base de hojas de lechuga, aguacate y frutos secos darán ese toque vistoso y apetecible. Si lo organizáis en invierno, una ensalada de zanahoria, remolacha y manzana será una delicia y una explosión de color. El yogurt, los cereales y las frutas complementarán muy bien vuestro brunch. Escoged siempre frutas de temporada, naranjas, mandarinas y manzanas en invierno y en verano, cerezas, fresas, albaricoques o bien sandía, melón o melocotón troceados o en brochetas. El pan es otro básico de un buen brunch, no dudéis en poner distintas variedades, como pan de hogaza, de molde, blanco o con semillas, integral… o panes tostados como los grissinni, los picos o las regañás. Si os apetece enriquecer este brunch podéis preparar el día anterior una quiche, una coca o una empanada, vuestros invitados lo recordarán toda la vida. Y no olvidéis incluir alguna receta dulce como bizcochos, tortitas, crêpes, magdalenas o gofres. En cuanto a las bebidas, poned café y té en termos bonitos y que tengan dispensador, así como zumos de frutas, cócteles, vinos, cervezas y si la ocasión lo merece, cava o champán.
La forma de montar la mesa para presentar este maravilloso brunch es como la de un buffet. Pensad el lugar de la casa donde lo dispondréis pensando en que lo más importante es que vosotros y vuestros invitados estéis cómodos. Poned uno de vuestros manteles más bonitos y si la mesa es rectangular situad a la izquierda el menaje que vayáis a usar (platos, cuencos, copas, vasos, cubiertos, servilletas…) y a continuación todas las recetas que sacaréis a escena. El carácter desenfadado del brunch os dará pie a combinar las piezas de la vajilla, los vasos y las copas de distintas formas y colores, dando un aspecto divertido que ayudará a crear un ambiente simpático. Si es primavera o verano, poned algún sencillo detalle floral que marque ese momento de la estación, y si es otoño o invierno, poner unas cuantas velas dará un carácter acogedor para vivir este momento único y entrañable con vuestros invitados.