Con el ritmo de vida tan apresurado que llevamos es muy probable que muchos días de la semana nuestra casa se haya convertido en una “leonera”. Sin embargo, con pequeños hábitos podremos evitar esa sensación de caos tan alejada del bienestar que debería proporcionarnos nuestra casa. Estos son algunos consejos.
Mantener vuestros armarios en orden: Si los armarios están llenos y desorganizados, será un buen ejercicio deshacerse de lo que ya no necesitáis y dedicar parte del fin de semana a ordenarlos.
Lograr que las mesas y encimeras estén despejadas: Si las mesas están repletas de papeles y objetos de todo tipo, recordad aquello de “un lugar para cada cosa y cada cosa para su lugar”. Revisad qué cajones y otras formas de almacenaje podéis destinar para ello.
Gestionar eficazmente la colada: Si la colada limpia se acumula encima de una silla, planificad un día para realizar el proceso completo de recoger, doblar, planchar y guardar en armarios o cajones.
Recoger el baño después de usarlo: Si el baño se va llenando con los productos y objetos que se usan a diario, coged el hábito de ir guardándolos tras su utilización y repasad el lavabo y la encimera después de arreglaros.
Destinar un espacio a despensa: Si no dedicáis un espacio a despensa, la cocina se verá desordenada. Aunque sea pequeño, no dudéis en buscar un lugar para ello, os ayudará a tener la cocina en orden.