Las cortinas forman parte del estilo decorativo de una casa. Además de poseer la función de oscurecer una habitación y dotarle de un ambiente más íntimo, en invierno nos transmiten esa sensación de “refugio” y calor que buscamos todos los “home lovers” en nuestros hogares y que tanto nos reconforta. Sin embargo, en la estación veraniega, lo habitual es retirar las cortinas de tejidos más gruesos y dejar tan sólo los visillos que darán a la casa un aspecto más fresco y liviano.
Las cortinas, como cualquier elemento del hogar también necesitan un mantenimiento de limpieza en vuestra planificación de tareas, así como una limpieza más en profundidad al menos una vez al año, de esta manera las mantendréis siempre bonitas y en buen estado. Su limpieza ordinaria consiste tan sólo en pasar el plumero por la parte de la barra y los frunces para que el polvo no se acumule o también podéis pasar el aspirador con el útil apropiado para ello (normalmente un cepillo circular).
En el caso de que vayáis a retirar las cortinas, aprovechad para hacer una limpieza más profunda. Para limpiar las cortinas, aseguraos de que las fibras con las que están confeccionadas vuestras cortinas pueden lavarse en la lavadora en el programa aconsejado. Si se trata de fibras delicadas como la seda o el lino o si el lavado debe ser en seco, no dudéis en llevarlas a la tintorería de vuestra confianza. Igualmente, si vuestras cortinas son muy grandes serán muy pesadas cuando estén mojadas conllevando un gran esfuerzo al manejarlas en el secado, por esa razón, contar con la tintorería será de nuevo la mejor opción.
Si vais a lavar las cortinas en casa y están muy sucias (fundamentalmente de polvo que ha entrado en el tejido) es conveniente que las pongáis primero a remojo en agua fría ligeramente jabonosa, cambiando el agua un par de veces si fuera necesario. Después ponedlas en la lavadora con el programa adecuado. Si son de telas delicadas que se pueden mojar, siempre será mejor lavarlas a mano.
Para secar las cortinas os recomendamos tenderlas intentando no marcar los pliegues, de esta forma evitaréis plancharlas. Si son muy grandes, dobladlas con cuidado para tenderlas, mejor al aire libre, evitando que el sol les dé directamente si la tela es de colores vivos. En ocasiones, hay tejidos que no se arrugan, si vuestras cortinas son de estos tejidos, podréis colgarlas nada más sacarlas de la lavadora para que se vayan secando poco a poco, sin deformarse y adquiriendo su caída natural. Para ello, de forma previa, debéis limpiar con una bayeta húmeda la barra donde se estén colgadas para retirar bien el polvo acumulado, igualmente, aspirad y fregad el suelo por si al estar mojadas la cortinas rozan abajo con su peso, así evitaréis que se manche el dobladillo.
Quizás a la vuelta de vacaciones, queréis cambiar algunas cortinas de casa, sólo con este cambio veréis como vuestra casa se renueva. Si os animáis a poner cortinas nuevas os damos unos pequeños consejos sobre cómo tomar medidas de cortinas antes de comprar la tela:
• Para tomar medidas lo más exactas posibles, utilizad una cinta métrica plegable en lugar de un metro de costura.
• Lo primero que hay que medir es la anchura de la barra o riel.
• Lo siguiente que habrá que tener en cuenta es el tipo de tela que escogeréis para vuestras nuevas cortinas. Si son de terciopelo o de otros tejidos pesados tendréis que añadir la mitad de la cantidad a cada medida. Si las telas van a ser de algodón, lino, viscosa fina o una mezcla de fibras, tendréis que añadir tres cuartos de la cantidad a cada medida. En el caso de telas finas y livianas como la muselina… será necesario añadir el doble de la cantidad para la anchura, dependiendo de la cantidad de frunce que queráis realizar. Si vais a poner unas cortinas con dibujo, deberéis añadir la anchura de un dibujo más para cada longitud.
• Igualmente, añadid a la medida final 30 centímetros para los dobladillos de los laterales y el dobladillo inferior, así como para los frunces superiores.