Una casa que huele a pan recién horneado es una casa que huele a hogar. Si nunca os habéis atrevido a hacer vuestro propio pan de vez en cuando, con esta sencilla receta os parecerá más fácil que nunca. La clave está en amasar 10 minutos y no dejar que la masa pase frío, así obtendréis un pan riquísimo.
Para hacer pan casero sólo necesitáis:
500 gr. de harina
325 ml de agua templada
8 gr. de sal
Levadura de panadero (15 gr. si es fresca y 5 gr. si es seca)
Su preparación es muy fácil siguiendo estos pasos:
Primero, ponemos la harina en un bol amplio e incorporamos la sal. Si se utiliza levadura fresca, la disolvemos en el agua ligeramente templada. Si usamos levadura seca, la mezclamos con la harina y la sal.
Después, hacemos un hueco en la harina y añadimos el agua a la vez que mezclamos, a ser posible, con una sola mano. Cuando está bien mezclado comenzamos a amasar con las dos manos durante aproximadamente 10 minutos, hasta que la masa se despegue de las manos. Este amasado puede hacerse sobre una base lisa espolvoreada de harina.
Dejamos reposar la masa de 15 a 20 minutos y tapamos con un paño. Pasado este tiempo, amasamos de nuevo y le damos la forma que deseemos, torta, molde, barras o panecillos.
Precalentamos el horno a 220º. Dejamos reposar la masa hasta que doble su volumen y horneamos según sea el tamaño de las piezas de 15 a 35 minutos.
Podéis sofisticar esta receta básica poniendo en los panecillos sésamo, semillas de amapola, pimienta, eneldo seco o cualquier otra aromática que os guste, os aseguramos que estarán deliciosos.