Una receta de primavera
Cada año, la primavera se abre camino y después del largo invierno nos sentimos deseosos de luz y calor, de nueva vida alrededor en forma de brotes, flores o mariposas. Deseamos que la casa se llene de luz y de olor a primavera y que las fuerzas que cada uno tenemos se vean también renovadas con ilusiones y esperanzas. También en la cocina vemos sus efectos, sobre todo con esa profusión de verduras que comenzarán a aparecer en los mercados dentro de muy poco. En nuestra Casa-Escuela ambientamos con flores y elementos naturales propios del momento y en nuestros Cursos de Cocina introducimos recetas para vivir esta nueva estación, como el plato del que os queremos hablar hoy, ¿queréis saber cómo elaborar una menestra de primavera y cómo limpiar las alcachofas que formarán parte de esta receta?
Las alcachofas son cabezas de cardo con hojas apretadas y recogidas. Las hojas exteriores y las puntas son muy duras y fibrosas, lo que les hace idóneas para utilizar en caldos. El interior, al que llamamos corazón, es blando y de un sabor delicioso. Cuando compréis alcachofas, tened en cuenta que deben parecer pesadas para su tamaño, las hojas interiores han de estar cerradas cubriendo el corazón y éste debe ser bien grande.