De vez en cuando nos apetece darnos el gusto de realizar jabones de origen totalmente natural. Lo hacemos por la satisfacción de crear algo por nosotros mismos, por lo sencillo de su elaboración, por reciclar aceite usado y por la tranquilidad de saber que su composición está libre de químicos. Para ello, sólo tendréis que preparar como utensilios algunos moldes, un cubo o barreño y un palo o cuchara de madera. En cuanto a los ingredientes, necesitaréis agua, aceite de oliva y de coco (opcional) y sosa caustica.
Para darles un carácter aún más natural y perfumado, podéis utilizar todo tipo de aceites esenciales o pétalos de flores secas, como la rosa, la lavanda o la verbena, así como cítricos o especias de agradables olores, como la canela o el romero. Si queréis darles un toque de color podéis usar colorantes naturales. Seguro que estos jabones os servirán para dar ese toque final después de haber ordenado vuestros armarios como los mejores organizadores profesionales. Al abrirlos os proporcionarán un perfume especial que os dará bienestar.
Estos jabones hechos en casa pueden serviros para vuestra higiene personal, para preparar bonitos jabones de invitados, si vais a recibir en casa, o para hacer algunas de las limpiezas de vuestro hogar o la colada. Si no podéis o no queréis hacer jabones en casa, sí que os recomendamos que tengáis siempre un buen jabón neutro y elaborado de forma natural. En The Home Academy somos fans del jabón de Marsella o el típico de Lagarto que tanto han usado nuestras madres y abuelas. Estos jabones os servirán para quitar más de una mancha difícil en prendas de vestir y en ropa de hogar, así como para limpiar suelos y otras superficies sin añadir químicos a vuestra casa.
¿Pero cómo preparar estos jabones artesanos en casa? Para ello necesitáis 700 mililitros de agua tibia, 265 gramos de sosa caustica y 2 litros de aceite de oliva. En cuanto a los ingredientes, tenéis que tener especial precaución con la sosa caustica y evitar que tenga contacto con la piel, por lo que utilizad siempre guantes cuando estéis usándola. Si por alguna razón, toca la piel, es conveniente poner la zona afectada bajo el grifo de agua fría durante 10 minutos. Del mismo modo, es recomendable llevar unas gafas protectoras y que el espacio donde vayáis a elaborar el jabón esté bien ventilado, si tenéis terraza, patio o jardín, estos serán los lugares más apropiados.
Para comenzar a elaborar el jabón natural, utilizad un barreño o un cubo de plástico duro donde poner el agua tibia. Después id añadiendo de forma paulatina la sosa, a la vez que vais moviendo con un palo o una cuchara de madera. Este primer paso es en el que debéis tener mayor precaución, ya que a medida que vayáis mezclando la sosa con el agua el agua subirá de temperatura. Cuando la notéis que la sosa está disuelta por completo en el agua tendréis que dejar reposar la mezcla unos treinta minutos para que la temperatura del agua baje. Una vez transcurrido este tiempo, añadid el aceite de oliva muy despacio y poco a poco sin dejar de mover en forma circular. A medida que mováis esta mezcla, comprobaréis que el líquido se vuelve más denso y espeso. Cuando veáis que se va a haciendo más difícil dar vueltas a la mezcla será el momento de perfumar el jabón si lo deseáis.
Al igual que podéis perfumar la casa de forma natural, también podéis perfumar vuestros jabones, podéis añadir las flores secas, las aromáticas o bien aceites esenciales del aroma que más os guste. Llegados a este punto, ya tendréis la mezcla de vuestros jabones naturales hechos en casa.
El siguiente paso será poner la mezcla en los moldes, preferiblemente de plástico duro, silicona o de madera. Los moldes pueden ser individuales o bien grandes para luego cortar las porciones de jabón. Después, cubrid con film transparente y dejad secar en un lugar seco. Para que se endurezca y poder desmoldarlo tendréis que esperar 48 horas. Una vez hecho esto, ya sólo quedará lo que se llama “curar” el jabón, con el fin de que la sosa sea completamente inocua. Para ello, deberéis colocar los jabones ya desmoldados y/o cortados en una bandeja de rejilla sobre un papel de hornear. Es muy importante que el jabón no reciba luz directa y que el lugar donde se vaya a curar sea fresco. Os recomendamos que cada dos o tres días vayáis dando la vuelta a los jabones para que se sequen de forma uniforme. Al mes ya podréis usarlo para lo que queráis.