Cualquier actividad hecha con las manos activa nuestra creatividad e imaginación. Nos hace vivir el proceso desde el comienzo, con una acción rítmica y con atención.
Tejer punto es una de esas actividades que, además, podríamos calificar de muy saludable. Tejer lana aporta beneficios anímicos. No sólo nos ayuda a desarrollar diferentes capacidades, como la concentración y la sincronicidad, sino que también nos permite trabajar nuestra constancia y voluntad en un proyecto con un inicio y un final.
En invierno, tejer con lana te aportará además ese “calor de hogar” y una especie de recogimiento meditativo que beneficia al alma, a nuestro ser interno que tanto se ve sometido al ruido y ajetreo de la vida.
Por eso, este invierno, te recomendamos hacerte con unas agujas de bambú, una lana natural y un rincón agradable de tu hogar donde cada día puedas tejer 15 minutos.
Parece que no es mucho, pero el beneficio de parar y crear algo bonito, con un material tan amoroso como la lana, te llegará al corazón más de lo que piensas.
Sentirás un sosiego especial, pero a la vez, te darás cuenta de que no sólo vas a tejer lana, también tejerás ideas, sentimientos, proyectos…
No importa que nunca hayas hecho punto. En internet puedes encontrar un sinfín de tutoriales donde aprenderás de forma muy sencilla los pasos más básicos y te sorprenderás de lo que podrás llegar a hacer.
Proponte tejer cosas muy fáciles, como un pequeño cojín, una mantita para las piernas, una diadema, una bufanda, un gorro…
Busca lanas naturales
En cuanto a las lanas, busca lanas naturales que tengas a tu alcance. En The Home Academy nos gusta recomendar las que provienen de un pueblo de España llamado Val de San Lorenzo, en la provincia de León, a escasos kilómetros de Astorga.
Esta pequeña localidad cuenta con una tradición textil centenaria ligada a la lana y a día de hoy, artesanos y amantes de la lana tratan de hacer viva toda esta experiencia y saber hacer de los antepasados del lugar.
Estas lanas provienen en gran parte de rebaños leoneses. Una vez que la lana ha sido esquilada y lavada, se carda, se tiñe con tintes naturales y se hila para que esté lista para tejer.
Sus colores y su suavidad son una fiesta para nuestros sentidos, y conocer su procedencia y cómo ha sido transformada en el ovillo que tenemos en nuestras manos es para nosotros un regalo.
Tejer con niños
Igualmente, si tienes niños pequeños puede ser una actividad que va a repercutir en su pensar.
Es bueno que aprendan a tejer primero con los dedos mientras les vas contando el origen de la lana y el proceso que lleva hasta estar en sus delicadas manos.
Puedes contarles que la lana procede de las ovejas y que en primavera se les libera de semejante abrigo cortándoselo, como cuando ellos van a la peluquería, donándonos generosamente su lana.
Con esta lana cortada, que llamamos vellones, comienza un proceso muy interesante.
Primero se lava, después se carda, si la queremos de colores se tiñe con tintes naturales, y finalmente se hila para que podamos tejer con esos hilos.
¿No te parece mágico que de una fibra hilada se pueda crear algo útil y bello?
Tejer contribuye de forma sencilla a nuestro bienestar sencillo, calma la mente y aclara los pensamientos. ¿Te animas a comenzar?
¿Te gusta el mundo del cuidado textil? ¿Sabes cómo lavar las prendas de lana? Si te apetece adentrarte en el cuidado de las prendas de vestir y del hogar, te animamos a descubrir el Curso Online de Orden de Armarios y Cuidado Textil.