Las carnes y los pescados marinados son una verdadera delicia. Al marinar y macerar se consigue ablandar y perfumar los alimentos dejándolos durante un tiempo en alguna salsa o adobo. Estos adobos se elaboran a partir de vinos, soja, vinagres, limón, aceites, verduras, especias, aromáticas y otros aderezos. Los alimentos marinados se conservan perfectamente varios días bien tapados en el frigorífico. La única precaución que debéis tener es si la pieza que estáis marinando es pequeña o grande. Si es grande tendrá que estar más tiempo marinándose y habrá que darle la vuelta varias veces durante el proceso de maceración. También hay que distinguir entre marinadas crudas o cocidas. Las crudas se utilizan para perfumar, por eso el proceso es mucho más corto, unas horas e incluso menos. Para las marinadas cocidas, normalmente se rehogan las verduras en aceite y se añaden los vinos o licores, se deja cocer unos minutos y se añade las especias y la sal. Además, es importante dejar enfriar antes de utilizarla. Este tipo de marinada se emplea para piezas grandes de carne y de caza.
Hoy os proponemos marinar unas alitas de pollo, un plato que gustará a niños y a mayores y que podéis completar con una rica ensalada. Este plato puede ser una receta estupenda para enriquecer una mesa buffet o una cena de picoteo.
Para preparar este plato necesitaréis estos ingredientes: 24 alitas de pollo, 3 anchoas en conserva, 2 dientes de ajo, 1 cucharada de mejorana fresca, 1 cucharada de cebollino fresco, 1 cucharada de salvia fresca, media cucharada de romero y tomillo, sal y pimienta, aceite de oliva virgen extra. Como acompañamiento le va extraordinariamente bien algo vegetal, en este caso necesitaréis 2 manojos de ajetes tiernos, unos brotes de ensalada y 30 gramos de pistachos.
La preparación de este plato no puede ser más sencilla, además es ideal como receta de verano, ya que prácticamente no necesitáis fuego, tan sólo un golpe de horno. Para hacer las alitas nuestra chef de cocina, Rita Cifuentes, ha elegido la primera articulación de las alas, reservando el resto para otra receta. Para que adquieran el aspecto que veis en la foto, con un cuchillo afilado cortad y raspad la carne de la alita hacia abajo, en dirección al extremo más grueso. Al dejar dos tercios del hueso libre de carne, hará que puedan comerse cómodamente con la mano.
Una vez que las alitas estén preparadas, limpiad el ajo retirando el germen y ponedlo en un cuenco con las anchoas, las hierbas aromáticas, la sal y la pimienta y cubrid todo ello con el aceite. Triturad y con la mezcla resultante macerad la carne, tapadla y dejadla en reposo como mínimo 2 horas.
Cuando haya transcurrido este tiempo, precalentad el horno a 200 grados, poned en una bandeja de horno el pollo y horneadlo durante veinte minutos. Esta receta la podéis servir caliente o a temperatura ambiente, por lo que podéis tenerla hecha con antelación. Como os decíamos al principio, podéis complementar este plato con ensalada, un guacamole, un salmorejo o simplemente poner un ligero acompañamiento de ajetes tiernos. Para preparar los ajetes, limpiadlos bien y salteadlos en el aceite de hierbas. A la hora de montar los platos, poned las alitas, los ajetes, unos brotes tiernos de ensalada aderezados con una vinagreta y pistachos molidos.